¿Estás living con la última temporada de Dark? O más bien para todo el hype que había, ¿te ha dejado un poco meh? Si todavía no la has visto, ¡no huyas! En esta noticia no vamos a hacerte ningún spoiler. Y es que con esta entradilla tan random solo queremos introducir el tema de la noticia de hoy que nada tiene que ver con la serie de Netflix.
¡Hoy os hablamos de extranjerismos!
Y todos estos extranjerismos, ¿de dónde han salido?
Seguro que todos estamos de acuerdo en que los extranjerismos, especialmente los procedentes del inglés, han llegado para quedarse. O, al menos, durante un tiempo. Pero ¿de dónde han salido?
YouTube, plataformas de streaming como Netflix o HBO y las redes sociales en general son los principales culpables de que palabras como shippeo, crush o mood se hayan colado en nuestras vidas. Todos las hemos usado en algún momento (aunque nos neguemos a admitirlo), pero especialmente la generación millennial es, sin duda, la gran responsable de introducir, defender y normalizar todas estas palabras.
Como siempre decimos, toda lengua en uso se caracteriza por estar viva, crecer y adaptarse a los nuevos tiempos. Y es que, después de todo, palabras y expresiones que hace unos años estaban tan de moda como «dar un voltio» o «alucina, vecina» son ejemplos vivientes de que cualquier tiempo pasado no necesariamente fue mejor.
Pero ¿son siempre necesarios?
Los extranjerimos no aparecen en un idioma por arte de magia ni de la noche a la mañana, sino que responden a las necesidades de los hablantes. Entre las causas más comunes que motivan la introducción de estas palabras y expresiones en un idioma están la necesidad de:
- nombrar nuevos conceptos, lugares u objetos
- utilizar determinadas palabras en un medio de comunicación por ser imprescindibles para hacerse comprender o por motivos afectivos
- expresarse utilizando el menor número de palabras posibles, haciendo uso del fenómeno conocido como economía del lenguaje
Dicho esto, no, los extranjerismos en la mayoría de los casos no son necesarios. De hecho, todos los ejemplos incluidos en la introducción de esta noticia son un claro ejemplo de ello. Simplemente son palabras populares que solemos utilizar dejándonos llevar por modas y que, por norma general, caen en el olvido casi tan rápido como empezamos a usarlas.
Con todo, el hecho de que no sean necesarios no significa que sean incorrectos. Está en manos del hablante decidir si prefiere hacer uso de un idioma más moderno y «globalizado» o más tradicional, siempre y cuando el contexto en el que nos encontremos nos permita expresarnos de este modo. Y no, cuando decimos tradicional, no nos referimos a utilizar palabras como «perogrullada», que todo tiene un límite. De todos modos, el hecho de que no esté mal utilizar estas palabras o expresiones no significa que sea válido usarlas constantemente. Esta tendencia podría hacer que muchas personas no nos entiendan y también perjudica a nuestro propio idioma que, poco a poco, va perdiendo su propia identidad.
En caso de querer usarlos, ¿cómo lo hacemos?
Siempre que queramos hacer uso de un extranjerismo en un texto, deberemos escribirlo con cursiva o, en caso de no poder utilizarla, entre comillas, tal y como nos indica la Fundéu (Fundación del Español Urgente). Con todo, no podemos olvidar que el uso de la gran mayoría de estos extranjerismos está prácticamente limitado al discurso oral o a conversaciones entre amigos o en redes sociales. Vale que somos todos muy modernos, pero no, tu profesor de lengua no es un hater si se opone terminantemente a que uses estas expresiones en tu próximo examen.
Diccionario millennial para principantes
Llegados a este punto, hemos pensado que no vendría mal elaborar un breve diccionario millennial para principiantes con algunas de las palabras y expresiones más comunes utilizadas por los más jóvenes (no, chavalada, por suerte, ha caído ya en desgracia) hoy en día.
Si alguna vez has sentido que tu sobrina o tu hijo hablan en otro idioma, es posible que esta noticia te ayude a entenderlos al menos un poquito mejor.
Crush
Un crush no es más que un flechazo o el amor platónico de toda la vida. La cosa puede durarte desde 5 segundos (muy intensos, eso sí) a toda la vida.
Fail
Es el equivalente al ya prehistórico «La cagaste, Burt Lancaster». Puede referirse a algún error sin importancia que hayas cometido o a una desgracia que te destroce la vida como que tu grupo de música favorito cancele su gira en España.
Hater
Un hater no es más que el rancio de toda la vida que lo odia todo y a todos a su alrededor y se esfuerza en demostrarlo. Mucho. Su hábitat preferido suelen ser los comentarios de las redes sociales.
Hype
¿Reconoces esa sensación maravillosa cuando estás a un día de que lleguen las vacaciones? Pues eso es hype en estado puro. Así, sin más.
Meh
Meh es el antónimo de hype. Es el estado de apatía, desgana y de pérdida de sentido vital que sientes el último día de vacaciones.
Mood
Mood significa simple y llanamente «estado de ánimo». ¿Recuerdas eso que mencionamos hace un rato sobre la economía del lenguaje? Pues eso.
Living
Expectación, emoción, ilusión. Puedes estar living con la última camiseta que te has comprado o con tu ascenso en el trabajo. Así de versátil es.
LOL
Es la forma moderna y cool de decir que te «estás partiendo la caja» de la risa.
Random
Algo aleatorio, simple, cotidiano o sin aparente sentido. Un poco como esta noticia, vaya, que, por otro lado, es tan necesaria.
Shippeo
Shippear es manifestar la necesidad de que dos personas tengan una relación afectiva. Principalmente se usa para referirse a personajes de series o programas de televisión.
Spoiler
Es lo que debes hacer si quieres que un millennial te retire la palabra. Es básicamente estropearle una serie o película a alguien adelantándole el final o contándole una parte importante de la trama.
Stalkear
Es simplemente «cotillear». Generalmente lo aplicamos a las redes sociales y es algo que solemos hacer con la cuenta de nuestro crush, aunque hay que tener bien claros los límites para que la situación no se ponga creepy o se nos vaya un poco de las manos.
Troll
Un troll es el peldaño más bajo en la escala de los haters. Es una persona que desde el anonimato de las redes sociales o los videojuegos critica desmesuradamente o se carga la partida solo porque se lo pide el cuerpo.
Yass
Es un «¡¡¡¡¡sí!!!!!», pero así como muy eufórico, intenso y con muchos signos de exclamación como los hablantes que lo usan.
YOLO
Una verdad universal de esas que se convierten en el himno por excelencia de todos los jóvenes, independientemente de la generación a la que pertenezcan. YOLO (You only live once) es el Carpe diem de los millennials. Si es que hay cosas que no cambian.
Si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena! Ya sabes utilizar correctamente los extranjerismos en español y además ya podrás entender un poco mejor a los jóvenes que te rodean. Eso sí, ten en cuenta que cada segundo nace una palabra o expresión nueva y otra desaparece por completo de nuestras vidas, así que no te encariñes demasiado con ninguna de ellas.